HISTORIA
En la comunidad La Esperanza en Otavalo, llegan en el 2004 después de una gestión realizada por Margot, un grupo de extranjeros a realizar una observación cuyo objetivo era percatarse de si la comunidad y su gente requieren de su ayuda. Luego de su visita, quedan fascinados de la gente que aquí habita y se dan cuenta que realmente necesitan de su ayuda, ya que la gran mayoría de ellos viven en extrema pobreza.
Por este motivo, sin perder tiempo deciden empezar su ayuda iniciando con la creación de un centro de acogida para niños y para realizar un taller de seguimiento de sus actividades escolares y emprenden también un programa de padrinos (sponsors). Este programa rápidamente tiene éxito, sin embargo un día y en gran medida por la crisis mundial que golpeó en el 2009 esta organización decide retirarse.... Entonces Margot que hasta ese entonces ayudaba como voluntaria a coordinar la llegada de las personas al proyecto no sabía cómo hacer para que todos los niños que asistían a este centro No perdieran esta ayuda, ya que realmente lo necesitaban, era algo tan simple como indicar que si esta ayuda se perdía, los 35 niños que hasta ese momento estaban becados debían volver a sus trabajos de jornaleros y despedirse de un futuro mejor... Después de mucho pensarlo y con una idea (que podía ser considerada algo alocada en ese momento por los problemas financieros generales) decide reunir a Katerine (su hija) y David (su yerno) y comentársela. Les comentó que la idea que ha tenido es la de crear su propia ONG. Sin fines de lucro y que ha averiguado todo lo que requiere y que esta lista, pero que necesita el apoyo completo de ellos dos. Entonces Katerine y David deciden ayudar y desde entonces todo empieza...
Ahora son cuatro años de iniciada esta hermosa labor y después de mucho esfuerzo (diario y continuo) la organización empieza a ver los frutos de este esfuerzo. Tenemos ahora 200 niños y niñas beneficiarios de nuestra organización 80 de ellos con becas totales para sus estudios. Cabe mencionar que nada de esto hubiera sido posible sin la participación activa de nuestros amigos voluntarios que después de conocernos (en vivo) se enamoran de la gente, de las costumbres y tradiciones y sobre todo de nuestros niños y niñas.
Gracias a todos los que han participado en este hermoso camino de servicio, gracias a todos nuestros niños y niñas, por el esfuerzo que demuestran en sus estudios y bienvenidos todos y todas a participar de nuestro sueño, un sueño de todos, el de hacer de este mundo un mejor lugar para vivir. Un sueño de servicio y de justicia, para devolver un poco de tanto que tenemos a aquellos que no tienen nada.
«El que no sirve para servir, no sirve para vivir».
«El amor no puede permanecer en sí mismo. No tiene sentido. El amor tiene que ponerse en acción. Esa actividad nos llevará al servicio».
Madre Teresa de Calcuta